martes, 22 de junio de 2021

UN PROFETA DE FUEGO PERO HUMANO

Santiago 5:17

Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.

De los profetas de la Biblia podemos aprender muchas lecciones, eran personas con pasiones y problemas como nosotros, pero el peso de su llamado era más fuerte que ellos y a pesar de todos los obstáculos se esforzaron en cumplirlo y corrieron hasta el final la carrera. Natán se enfrentó al Rey David aun sabiendo que esto podría costarle la vida, Jeremías decía que, a pesar de ya no querer hablar el mensaje de Dios, había un fuego en su interior que quemaba y no lo dejaba.

Uno de los profetas que más recordamos es Elías, aparece de la nada para enfrentarse al Rey por llevar a Israel a la idolatría y lo desafía para probar quien es el verdadero Dios. Luego de una victoria grandiosa y de la matanza de los profetas de Baal algo extraño le ocurre al profeta. Y es que se sintió desfallecer por la persecución de la esposa del Rey y pidió a Dios que le quite la vida pues ya no podía seguir, pero Dios lo fortaleció, le enseño una gran lección que a pesar de que muchas veces Dios se muestra en situaciones asombrosas a nosotros, también lo puede hacer en la quietud de un silbido. Dios le enseño a su profeta de que estaba con él y lo respaldaba.

Y es que en la vida cristiana como le paso a Elías, la vida puede ser muy difícil de llevar y no miramos a Dios en la carrera, nos podemos desviar del camino. Debemos de perseverar como hicieron los profetas a pesar de todo y entender que Dios no es ajeno a nuestros tiempos difíciles y está allí para nosotros.

Oración: Dios ayúdanos a poner nuestra mirada en ti y no en las cosas del mundo (Hebreos 12: 2)

Pensamiento: Cuando nos centramos en la confusión de la vida en este mundo, podemos quitar nuestros ojos del Señor y desanimarnos. 

LUIGI ZELOTE

 

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