lunes, 28 de junio de 2021

LIBEREN A BARRABÁS

Jesús se encontraba frente a Poncio Pilato, el gobernador romano. Era costumbre cada año poner en libertad a un preso que la gente quisiera.

Ese año había un preso de mala fama, llamado Barrabás. Fue puesto junto a Jesús delante del gentío, y el gobernador preguntó: “¿A cuál de estos dos quieren que les deje en libertad?

“A Barrabás”, contestó la multitud a gritos.

“Entonces, ¿Qué hago con Jesús, llamado el Mesías?”, preguntó Pilato.

“Crucifícalo”, le gritaron todos.

Jesús era muy querido cuando realizaba sanidades en el pueblo. Sin embargo, cuando comenzó a hablarles de la humildad y la necesidad de nacer de nuevo para entrar al Reino de Dios, fue rechazado por todos.

La gente decidió libertar y acoger a Barrabás el delincuente, en lugar de aceptar a Jesús en sus vidas.

Es fácil juzgar a estas personas y considerar su elección como absurda. Sin embargo, hoy en día hemos reemplazado a Barrabás por todo aquello que es más emocionante para nosotros, condenando a Jesús a la muerte del olvido.

Preferir a un delincuente en lugar de Jesús, es tan igual como preferir lo secreto a lo que es luz, lo que nos hace daño en lugar de lo que nos sana, lo que divide nuestro hogar en lugar de lo que nos une.

Cada día nos toca elegir entre Barrabás y Jesús. La mayoría nos empujará a elegir a Barrabás, porque Jesús nos incomoda con sus palabras y es mejor mantenerlo en la cruz.

“Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo”.

ORACIÓN: Padre, mantennos atentos para escoger cada día lo que a ti te complace, sabiendo que tu voluntad siempre será para nosotros buena, agradable y perfecta. Amén.

PENSAMIENTO: La gente que escogió a Barrabás, escogió la libertad de vivir sin Dios. La gente de hoy lo volvería a escoger sin ninguna duda.

JAIME ECHEVARRÍA

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