martes, 28 de septiembre de 2021
jueves, 23 de septiembre de 2021
martes, 14 de septiembre de 2021
martes, 31 de agosto de 2021
CRISTIANOS SECRETOS
¿Has escuchado la expresión “Cristianos
secretos”? Son aquellos cristianos que, por miedo a perder su popularidad o
privilegios sociales, ocultan el hecho de ser seguidores de Jesucristo.
En la parte final del ministerio de
Jesús, mucha gente ya había endurecido su corazón para no creerle.
Con todo eso, aun de los gobernantes,
muchos creyeron en Él; pero a causa de los líderes religiosos no lo confesaban,
para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los
hombres que la gloria de Dios.
Quizás en esta frase final está la
explicación a un comportamiento así. Amar la gloria de los hombres es vivir
para esperar la aprobación y beneplácito de los demás.
Mientras que amar la gloria de Dios
es complacerle en todo, aun a veces contraviniendo la expectativa de muchos,
pero estando seguros que la voluntad de Dios siempre será buena, agradable y
perfecta.
Jesús afirmó: “A cualquiera, pues, que
me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre
que está en los cielos”.
ORACIÓN: Padre, danos valentía para
confesar que somos tus seguidores, no pensando en nuestra popularidad, sino en
la salvación de quienes nos rodean. Amén.
PENSAMIENTO: Somos seguidores de Jesús: Secretos en la oración; públicos en el testimonio.
JAIME ECHEVARRÍA
jueves, 26 de agosto de 2021
miércoles, 25 de agosto de 2021
DESVIÁNDOSE DEL CAMINO
“¡Ay de ustedes, que creen posponer el día de la calamidad, pero hacen que se acerque el reino de la violencia! Ustedes duermen en camas de marfil, y reposan sobre sus divanes; se alimentan con los corderos del rebaño y con los novillos que sacan del engordadero; gorjean al son de la flauta y, como si fueran David, inventan instrumentos musicales; beben vino en grandes copas y se perfuman con las mejores fragancias, ¡pero nada les importa que José se halle en el desastre! Por eso, van a encabezar a los que marchan al exilio. ¡Ha llegado el fin de tantos festines!”
Amos 6: 3 - 7
Desde hace algunos años la Iglesia se ha empezado a acomodar cada vez más a los estándares del mundo, de tal forma que con el paso del tiempo, es cada vez más difícil poder encontrar Iglesias que practican la sana doctrina.
En la década de los 80 en Estados Unidos se podía ver en la televisión la aparición de muchos Tele evangelistas que buscaban a los incautos y dentro de un discurso preparado los engañaban para poder llenar sus bolsillos.
En los 90 y 2000 las cosas empezaron a empeorar, en Latinoamérica nace el movimiento de la prosperidad el cual se expandió como reguero de pólvora por casi todos los países y a ellos se les unieron muchos cantantes que vieron el negocio y se unieron a él, lejos de buscar a Dios, buscaban llenar sus bolsillos .
Construcciones millonarias, estilos de vida suntuosos y muchas “concesiones” en nombre del Señor, lo que dice Amos en estos versículos es hoy más que nunca totalmente cierto.
Pero el ser engañados no es solo culpa de estos inescrupulosos falsos maestros, sino de los mismos feligreses, quienes buscan que les digan lo que quieren escuchar, no lo que deben de escuchar, son engañados por su falta de conocimiento y discernimiento de la Palabra de Dios, se dejan llevar de la mano por lobos disfrazados de ovejas, si tan solo fueran como los cristianos de Berea.
La verdadera Iglesia sigue en pie, firme avanzando propagando la sana doctrina, los predicadores de esta son cada vez más escasos, pero están allí, porque la Iglesia de Dios, no desaparecerá y se mantendrá firme en medio de tanta mentira y tanta comezón por oír. Está en nosotros el dejarnos engañar o buscar en las Sagradas Escrituras la verdadera y sana doctrina.
Oración: Señor ayúdanos a perseverar en la sana doctrina y en los caminos antiguos como lo hicieron los cristianos de la Iglesia del Camino.
Pensamiento: La verdad está en las Escrituras, debemos de confrontar todo lo que escuchamos por el filtro de su Palabra. Esta nunca se equivoca.
LuigiZelote
martes, 24 de agosto de 2021
AMARGURA PERPETUA
“Así ha dicho el Señor: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó todo afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor”. (Amós 1:11)
Cuando hablamos de resentimiento
entre hermanos, inmediatamente nos viene a la memoria la honda raíz de amargura
entre Jacob y Esaú.
Ambos nacieron el mismo día. Primero
nació Esaú, pero tocándole literalmente los talones venía Jacob, para marcar
una rivalidad que trascendería sus propias vidas.
Con los años fueron conscientes de
que Esaú tenía la primogenitura, mas Jacob la anhelaba celosamente.
Un día venía Esaú hambriento y Jacob
preparaba un delicioso guiso rojo. Esaú le pidió de comer y Jacob le ofreció la
comida a cambio de su primogenitura.
El intercambio inofensivo desató un
odio familiar de años, y a pesar de que en una oportunidad se encontraron,
abrazaron y lloraron, no pudieron vencer las profundas consecuencias del rencor
que ya se había trasladado a sus generaciones.
Con el tiempo Jacob se volvió el
pueblo de Israel, y Esaú creció hasta ser el pueblo de Edom.
La palabra Edom tiene dos
significados: Rojo y Peludo. Rojo como el guiso de Jacob y peludo como el
cuerpo de Esaú. Recordemos que Jacob fingió ser peludo delante de su padre
ciego para arrebatar la primogenitura de Esaú.
Jacob y Esaú, Israel y Edom: Dos
niños que compitieron sin desmayar, dos jóvenes que convivieron con el rencor,
dos familias que se aislaron por la amargura, dos pueblos que guerrearon
perpetuamente.
“Miren bien, no sea que alguno deje
de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, les
estorbe, y por ella muchos sean contaminados” (Hebreos 12:15).
ORACIÓN: Padre, permítenos estar
atentos al menor indicio de resentimiento en nuestras familias. Que la humildad
supere al orgullo, que tu amor cubra todas las faltas. Amén.
PENSAMIENTO: El rencor es un fuego
pequeño, y el silencio, el combustible perfecto para desatar un incendio de
amargura. No te quedes callado. Actúa.
JAIME ECHEVARRÍA