lunes, 5 de julio de 2021

BONDADOSO, TOLERANTE Y PACIENTE

¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?                                                                                              Romanos 2:4

El sello más incomprensible del carácter de Dios es su paciencia ilimitada. ¿Cómo es posible que el Todopoderoso tenga que esperar? ¿Acaso no tiene los recursos para desechar y desaparecer todo aquello que se opone a sus planes?

Solo podemos entender su inmensa paciencia al verla ligada a su bondad. Dios es infinita e intrínsecamente bueno. Su carácter benigno no solo se plasma en actos externos que nos conmueven, sino que Él mismo, en su propia esencia, irradia una bondad inagotable, inextinguible.

Su bondad asociada a su paciencia hace que nos ame de una manera inexplicable. Él es el Dios de las nuevas oportunidades.

Por eso cuando nos ponemos en lugar de Dios, juzgando a los demás o a nosotros mismos, nos parece imposible soportar el desaire, la indiferencia y el rechazo a un amor tan grande.

El último factor por conjugar es su inacabable tolerancia. Es esa capacidad divina para respetar la voluntad, perdonar la ofensa y disciplinar para formar. Dios nos permitirá aun equivocarnos, pero sus puertas de reconciliación siempre permanecerán abiertas. No obstante, las consecuencias correrán por nuestra cuenta.

Su bondad, tolerancia y paciencia nos permiten amanecer cada día con vida. Jamás dudemos de su amor, jamás dudemos de su perdón. Dejemos de abusar del inmenso privilegio de haberle conocido y volvamos a Él sin ninguna excusa, tal como lo hicimos la primera vez.

“Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es su fidelidad”.

ORACIÓN: Padre, elegimos una vez más vivir rodeados de tu bondad, tolerancia y paciencia. Es el mejor lugar para nosotros. Amén.

PENSAMIENTO: La paciencia de Dios se grafica en el tiempo. Él puede esperarnos mucho, pero cada minuto sin Dios podría afectar nuestra propia eternidad.

JAIME ECHEVARRÍA
 

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