lunes, 12 de julio de 2021

ESPERAR EN DIOS

“Tú, pues, vuélvete a Dios; practica la misericordia y la justicia, y espera siempre en tu Dios”.                                                                                                                          Oseas 12:6

Vivimos los sagrados tiempos de la inmediatez. Hoy en día la eficacia de un buen servicio se mide por el menor tiempo de entrega. La sociedad se está acostumbrando a apretar un botón para aliviar la ansiedad y los anhelos del corazón.

Por eso es que cada vez nos cuesta más esperar en Dios. A Él no le podemos exigir que nuestro pedido llegue ya, y no hay otra instancia superior a dónde elevar nuestro reclamo como consumidor.

A efectos de analizar mejor el versículo de Oseas, invertiremos el orden por motivos didácticos.

Hay una diferencia entre “esperar en Dios” y “esperar a Dios”. Esperar “en” Dios implica no moverme del círculo de su voluntad, mientras ejecuto acciones que demuestren que esa será la actitud de mi corazón.

Por otro lado, esperar “a” Dios puede parecer espiritual, pero denota una inacción hasta que Él haga algo por mí. Esta posición podría llevarnos al abandono y hasta al resentimiento si Dios no cumple nuestros requerimientos.

Si hasta aquí has decidido “esperar en Dios”, ya podríamos preguntarnos: ¿Cuáles son las acciones que demostrarán que esa será mi actitud constante?

El versículo nos responde: Practica la misericordia y la justicia. Una persona que espera en Dios sabe que descansa en la gracia divina. La respuesta que tanto espera será un regalo inmerecido, un acto de misericordia.

Por eso verá a los demás de una manera diferente. Quien espera en Dios sabe lo que es tener una necesidad y puede ver también a los demás con ojos de misericordia.

“Con el misericordioso, Dios se mostrará misericordioso, y recto para con el hombre íntegro”.

Esto nos lleva casi al final del camino. ¿Te imaginas a alguien esperando en Dios y siendo injusto con los demás? ¿Podría alguien pedirle algo a Dios mientras despoja de honor a su prójimo o realiza actos indebidos?

Es por eso que la misericordia y la justicia son la prueba irrefutable de que una persona espera en Dios.

Vuélvete a Dios, gira hacia Él. Deja de angustiarte en tus necesidades, y espera en Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.

ORACIÓN: Padre, enséñanos a esperar en ti, a no movernos del círculo de tu voluntad, mientras practicamos misericordia y justicia con los demás. Amén.

PENSAMIENTO: Esperamos en Dios. Jamás será una pérdida de tiempo. Siempre será el mejor camino que podamos escoger.

JAIME ECHEVARRÍA

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