“Tú, pues, vuélvete a Dios; practica la misericordia y la justicia, y espera siempre en tu Dios”. Oseas 12:6
Vivimos los sagrados tiempos de la
inmediatez. Hoy en día la eficacia de un buen servicio se mide por el menor
tiempo de entrega. La sociedad se está acostumbrando a apretar un botón para
aliviar la ansiedad y los anhelos del corazón.
Por eso es que cada vez nos cuesta
más esperar en Dios. A Él no le podemos exigir que nuestro pedido llegue ya, y
no hay otra instancia superior a dónde elevar nuestro reclamo como consumidor.
A efectos de analizar mejor el
versículo de Oseas, invertiremos el orden por motivos didácticos.
Hay una diferencia entre “esperar en
Dios” y “esperar a Dios”. Esperar “en” Dios implica no moverme del círculo de
su voluntad, mientras ejecuto acciones que demuestren que esa será la actitud
de mi corazón.
Por otro lado, esperar “a” Dios puede
parecer espiritual, pero denota una inacción hasta que Él haga algo por mí.
Esta posición podría llevarnos al abandono y hasta al resentimiento si Dios no
cumple nuestros requerimientos.
Si hasta aquí has decidido “esperar
en Dios”, ya podríamos preguntarnos: ¿Cuáles son las acciones que demostrarán
que esa será mi actitud constante?
El versículo nos responde: Practica
la misericordia y la justicia. Una persona que espera en Dios sabe que descansa
en la gracia divina. La respuesta que tanto espera será un regalo inmerecido,
un acto de misericordia.
Por eso verá a los demás de una
manera diferente. Quien espera en Dios sabe lo que es tener una necesidad y
puede ver también a los demás con ojos de misericordia.
“Con el misericordioso, Dios se
mostrará misericordioso, y recto para con el hombre íntegro”.
Esto nos lleva casi al final del
camino. ¿Te imaginas a alguien esperando en Dios y siendo injusto con los
demás? ¿Podría alguien pedirle algo a Dios mientras despoja de honor a su
prójimo o realiza actos indebidos?
Es por eso que la misericordia y la justicia
son la prueba irrefutable de que una persona espera en Dios.
Vuélvete a Dios, gira hacia Él. Deja
de angustiarte en tus necesidades, y espera en Aquel que es poderoso para hacer
todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.
ORACIÓN: Padre, enséñanos a esperar
en ti, a no movernos del círculo de tu voluntad, mientras practicamos
misericordia y justicia con los demás. Amén.
PENSAMIENTO: Esperamos en Dios. Jamás
será una pérdida de tiempo. Siempre será el mejor camino que podamos escoger.
JAIME ECHEVARRÍA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario