“No dejando de congregarnos, como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”
Hebreos 10:25
En el año 2020, en el mes de marzo, un virus llego de
improviso y transformo las vidas de las personas, lo que parecía algo temporal
ya lleva dos años y aunque al parecer comienza a regresar la normalidad, aun
falta mucho para que eso suceda.
Uno de los cambios más drásticos que nos trajo el virus fue
el prohibir todo tipo de reuniones presenciales, por ende, las iglesias vieron
restringidas sus actividades y tuvieron que pensar en una forma de poder reunirse,
pues algo se debía de hacer ante esa situación.
Es entonces que aparece el zoom para reuniones presenciales
con personas de cualquier parte del mundo, el Facebook live y youtube también sirvieron
para que las iglesias permanecieran con vida en el mundo digital.
Pero a muchas personas (yo incluido) no les agrado mucho la
idea de una iglesia digital pues por un lado es algo bastante impersonal, adicional
a esto es muy complicado para algunos concentrarse frente a una pantalla, se
pierde la reverencia que el culto requiere y finalmente muchas personas al no
acostumbrarse a esta nueva modalidad terminan por retirarse de las
congregaciones.
A veces me da la impresión de que Dios determino que todo
esto suceda para probar a una iglesia que se había quedado dormida y se había acostumbrado
al mundo y ya no influenciaba ni cumplía con su labor. Dios además estaba
probando la cuerda para que los mas fuertes permanezcan.
Ya ha pasado más de un año de la pandemia y ciertamente
nuestro corazón anhela el poder volverse a reunir con los hermanos, abrazarlos
y volver a servir como lo hacíamos antes, esperemos que pronto se pueda dar. La
Iglesia necesita reunirse, bien dice la Biblia que es hermoso que los hermanos
se junten en armonía. A veces uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Oración: Dios, ten misericordia de
nosotros y permite que la iglesia pueda volver a reunirse, pero de igual forma
gracias porque lo sucedido nos ha ayudado a poder abrir nuestros ojos.
Pensamiento: ¿Has permanecido fiel
a Dios primero y a tu Iglesia en medio de este tiempo de pandemia?
Escribe: Luigi Zelote
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