lunes, 5 de abril de 2021

EL ACTO MÁS ILEGAL

“Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá ustedes”.                                                                    Mateo 27:23-24

La pasión y muerte de Jesús es el acto de injusticia más grande en la historia de la humanidad. Los testigos falsos, el arresto a escondidas, el juicio sumario, y la ejecución inmisericorde, son los elementos que han llevado a los estudiosos a declarar el hecho como ilegal, aun en su época.

Pero si nos quedásemos solo con esta visión, pensaríamos que Dios perdió el control de la situación, y que fue la maldad la que venció a la justicia.

Jesús puso en claro su maravilloso plan de salvación cuando afirmó: “Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.  Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”.

De tal modo que esta manifiesta injusticia de los hombres, aun así, sirvió para cumplir los propósitos eternos de Dios. El acto más ilegal de la humanidad permitió mostrar el acto más grandioso del amor de Dios por nosotros.

ORACIÓN: Padre, gracias porque usaste aun el mal obrar de los hombres para cumplir tus propósitos eternos de salvación. Te adoramos por tu insondable sabiduría. Amén.

PENSAMIENTO: Nadie lo mató. Él puso su vida por nosotros, y la volvió a tomar.

JAIME ECHEVARRÍA

 

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