Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
Lucas 22:42-45
Estamos acostumbrados a hablar sobre todo lo que le aconteció a Cristo cuando fue a la cruz, el sufrió lo inimaginable por nosotros. Pero porque no retrocedemos un poco y tratamos de pensar en lo que pasaba por la cabeza de Cristo mientras ejercía su ministerio.
Recordemos que Cristo tenía en claro cuál era su misión, además sabemos que era humano y suponemos que mientras se acercaba la hora, sus pensamientos sobre lo que le acontecería se hacían cada vez más intensos.
A su vez tenemos que entender que para Dios todo tiene un tiempo y una hora determinada, nada se escapa a su voluntad, y lo que ha determinado ciertamente se cumplirá. En la Biblia vemos que a Jesús quisieron matarlo en varias oportunidades, pero no lo lograron, y el mismo dijo que era porque su hora no había llegado.
Jesús sabia por lo que pasaría, en el huerto de Getsemaní derramo su corazón delante de su Padre y le expreso como se sentía, incluso llego a pedirle pasar ese trago amargo de su lado, pero se sometió a la voluntad de Dios y siguió adelante con el plan de salvar a la humanidad. Cuando se paró de aquella oración, estaba determinado, miro hacia adelante a lo que acontecería y nunca más miro hacia atrás.
Y fue gracias a su determinación que podemos ser salvos, Jesús no era un robot, pudo haber dicho que no, por más raro que parezca, pero entendió que tenía un propósito y un llamado más grande que su vida misma y lo cumplió a cabalidad, la resurrección es prueba de que Dios estuvo satisfecho con su sacrificio. Así que hermanos, no desfallezcamos, miremos adelante y continuemos hacia la meta en esta carrera de largo aliento.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado
Oración: Señor gracias por seguir con el plan de Dios y por tu gran determinación al levantarte y no mirar atrás, gracias porque fue por ello que podemos tener vida y vida en abundancia.
Pensamiento: ¿Haz estado alguna vez en medio de algo que Dios quería que hagas, pero pensabas que no podrías lograrlo?, ¿Qué sucedió al final?
Luigi Zelote
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