jueves, 18 de marzo de 2021

MUJERES QUE AMAN A DIOS



"Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo."

1 Timoteo 3:11.

Estudiar y conocer detalles sobre la vida de los cristianos de la Iglesia primitiva, mirar su naturaleza y carácter nos da ideas de lo que se requiere en el comportamiento de los miembros que la conformaban, saber que se necesitaba para poder ejercer un cargo de autoridad en ella. Las mujeres no estaban exentas de reunir dichas características, y vemos que habían mujeres que ya tenían el privilegio de servir en Romanos 16:1: "Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea;". El “diácono” y “diaconisa” proceden  de la palabra “sierva”  y dentro de las funciones de este cargo estaba cuidar a los creyentes enfermos, a los pobres, a los extranjeros y quienes estuvieran en la prisión. 

Dios permanece fiel a su Palabra y está no cambia con el transcurrir del tiempo, aunque hoy en día no estemos en las mismas circunstancias que la Iglesia primitiva si podemos decir que las cualidades de la mujer cristiana para ejercer un cargo en esta permanece. Un análisis de si nuestro rol es aún  fiel a lo mandado por Dios o si se ha  ido cediendo espacio mezclandolo con lo que el mundo define como es el liderazgo de la mujer es lo que nosotras debemos darnos a la tarea de meditar. La Biblia nos enseña que debemos ser honestas, respetables, de buena reputación, sobrias, con dominio propio, fieles en lo que hacemos, y sobre todo prudentes y sumisas cosa que la nueva generación de mujeres que dicen ser cristianas no quieren poner en práctica pues el anhelo que tienen más que servir es de ser vistas y admiradas.

La vida cristiana al ser diferente a la del mundo requiere que al mismo tiempo sean notorias esas diferencias sino de que manera se impactará, no cometamos el error sobre todo las mujeres de querer ser aceptadas por el mundo a costa de olvidar o querer adaptar lo que Dios estableció. Nada de eso ha funcionado antes ni funcionará ahora.

ORACIÓN: Padre eterno que tu Palabra llene todo nuestro ser, para no faltar a ella al evidenciarla con nuestra conducta al mundo.

PENSAMIENTO: La Palabra será exaltada si somos mujeres que vivimos de una manera que honre a Dios.

FARIDES ROJANO

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