“Que la belleza de ustedes no dependa de lo externo, es decir, de peinados ostentosos, adornos de oro o vestidos lujosos, sino de lo interno, del corazón, de la belleza incorruptible de un espíritu cariñoso y sereno, pues este tipo de belleza es muy valorada por Dios. “
1 Pedro 3:3-4
En la época en que vivimos se nos enseña que lo único que tiene valor es lo exterior, esto es lo que muchos consideran y no quieren ver más allá. Esto ha generado una sociedad de “plástico” en donde el ostentar es la regla. Es cierto en la vida de muchas mujeres quienes erróneamente piensan que una posición o acumular riquezas materiales les va solucionar la vida. Pero estas son solo muletillas, pues lo material no dura y el plástico se derrite.
El apóstol Pedro quizás vio esto mismo en su época, recordemos que vivió en medio de una sociedad caracterizada por el culto al intelecto y a la belleza, por eso advierte a las mujeres sobre el cuidado que deberían tener al no dejarse llevar por lo que veían alrededor. Y no es que este mal el cuidar nuestra apariencia, pero esto no debería de ser nuestro fin supremo.
El libro de Amos (Cap.4: 1-2) habla muy fuerte contra las
mujeres de la alta sociedad de su época, quienes solo se preocupaban por lo
externo. En contraste tenemos muchos ejemplos de mujeres piadosas que lograron
hacer grandes cosas para Dios, poniendo su mirada en las cosas de arriba.
En medio de esta sociedad de pensamientos superficiales, el
objetivo de las mujeres debería de ser, agradar a Dios y no dejarse llevar por
la corriente. De un espíritu suave y tranquilo, valioso ante los ojos de Dos,
en contraste con la rebeldía de muchas mujeres que siguen una luchan sin
sentido.
Oración: Dios ayúdanos a seguir
tus designios y no los de una sociedad condenada al fracaso por su decisión de
seguir sus propis caminos.
Pensamiento: ¿Con cuál de estas mujeres te identificas?
Luigi Zelote
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